martes, 25 de marzo de 2014

*Fragmento de una proto-nouvelle aun en periodo de gestación.


  • En la escuela, cuando cursaba el cuarto grado vi a un chico perder un ojo.
  • Su grito se adhirió a mi memoria inexorablemente.
  • El chico se recuperó, pero jamás volvió a pisar esa escuela.
  • Ni a ver del lado derecho.


  • Lo mio fue mas leve, una vez me rompí un diente en el recreo, ipso facto me llevaron a un odontólogo que tenía su consultorio a la vuelta de la escuela.
  • Era el dentista oficial del colegio.
  • Dos veces por año iba personalmente a hacer la revisión de las dentaduras de los alumnos.
  • Lo paradójico en los dentistas es que cuando terminan la revisión te regalan una golosina.







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